miércoles, 3 de noviembre de 2010

Lenguas...




El tabú del cunnilingus, después de décadas y centurias de represión, fue uno de los primeros en caer, aunque no el primero, pues nuestra machista sociedad daba más crédito de normalidad a la felación que al cunnilingus.
Básicamente, el tema consistía en que hubo un tiempo en el que ellos pretendían que se lo hiciéramos, pero no correspondían.

Actualmente, la tendencia es que cada vez más se imponga en estas cuestiones el Quid Pro Quo. Tampoco se trata de que sea una correspondencia exacta, como si fuera un trato con contrato, pero, desde luego, si ellos no quieren hacerlo, nosotras deberíamos decirles que es un toma y daca y negarnos a la felación, que tiene que ser un acto voluntario, gozoso y... correspondido.
Y empezar a buscar otro amante porque está claro que no somos demasiado compatibles...A no ser que a nosotras nos guste hacerlo, pero no que nos lo hagan. Ya se sabe, sobre gustos...
Afortunadamente, cada vez son más los adeptos al cunnilingus, hombres a los que les gusta dar placer a las mujeres y que se excitan viendo como nosotras nos encendemos y nos apasionamos y nos retorcemos de placer.

Desgraciadamente, un 28% por ciento de hombres, según un estudio de Durex, no son adeptos al cunnilingus.
Deberemos aguzar nuestros sentidos para distinguirlos. ¡Ellos se lo pierden!
Acercándonos con cariño al cunnilingus Si eres de esas mujeres que dicen: ¡no me gusta! o ¡no me llama la atención!, creemos que es porque lo has probado poco.

El principal miedo de las mujeres es que el olor sea demasiado fuerte o "poco femenino".

Pero es al contrario, es una fragancia altamente apetecible, sexy y estimulante para las personas a las que les gustan las mujeres ya que la naturaleza se ha encargado de que así sea.

Por otro lado, no temas que él se canse: los hombres son extraordinariamente resistentes al esfuerzo cuando se trata de dar y sentir placer.

Además, también está bien que se esfuercen mientras nosotras nos relajamos y disfrutamos.Si tienes reparos, consigue un hombre al que le guste complacer. Mimaos, acariciaos, acaríciale y bésale, encendeos con los dedos y con los cuerpos, sentid vuestra piel y, cuando baje a tu zona más íntima (los buenos lo hacen por voluntad propia), relájate y concéntrate en lo que sientes. No pienses en nada más que en tu placer y no te distraigas.

Para ellos: si tu chica es algo reacia al placer oral, introdúcela poco a poco en él. No olvides decirle que te encanta su coñito (o su sexo o la palabra que uséis normalmente para designarlo), que es hermoso, que huele muy bien, que es el mejor olor del mundo, que lo encuentras delicioso, que es el mejor manjar, que te pasarías la vida degustándolo....

El segundo consejo para ellos es que deben aprender a conocernos y con eso no me refiero a conocer a las mujeres en general, sino a la que tienen en los labios en particular. Entre carnosos y gustosos pliegues que ellos pueden lamer y chupar suavemente para ir entrando en materia, se encuentra la auténtica joya de la corona, el clítoris.

Es mejor humedecerlo previamente, sea con los jugos naturales de las mujeres, que se pueden extender con una suave caricia con los dedos, o con la saliva que, para estos casos, es el mejor lubricante.

Con humedad, las caricias son más suaves y embrujadoras.

Dale algunos tientos, pruébalo a discreción. Tras crear un poco de expectación, se trata de hacer vibrar el clítoris con la lengua (chicas, esto puede ser muy útil para explicar a los más despistados qué queréis), primero más lentamente y luego con mayor rapidez.
Esto crea un gran número de sensaciones. Ve probando diversas caricias, como pequeños circulitos con la lengua y, a medida que ella se enciende, intensifícalas. Cuando notes que se esté deshaciendo, toma el clítoris entre los labios y chúpalo delicadamente (esto será más o menos posible dependiendo de su tamaño, cada mujer es diferente).
La clave está en la observación. Tienes que estar pendiente de cuando ella se estremece de placer, cuando tensa sus músculos por el placer, cuando empuja su pelvis hacia tu cara pidiendo una mayor presión, cuando te agarra más fuerte... Todos estos son signos de que has tocado sus puntos más sensibles de la forma en que le es más placentera. Las mujeres pueden permanecer silenciosas aunque lo estén pasando divinamente, pero lo que nunca miente es el lenguaje de sus cuerpos.
Traza en tu mente un mapa de su placer y una guía de cómo le gusta para las próximas ocasiones.

Cuando estés haciendo algo que notas que le encanta y que la hace dispararse: NO CAMBIES NADA. Ni el movimiento, ni la presión, ni la velocidad. Mantente hasta que ella explote y, cuando se inicie el orgasmo, no pares. Las mujeres, en general, prefieren que siga la estimulación.


Algunas caricias de alto nivel: Traza círculos pequeños, medianos y grandes con la lengua en la zona en torno al clítoris. Mientras estés concentrado en su clítoris, sube las manos y retuerce con suavidad con los dedos sus dos pezones... La multiestimulación es un plus de placer.
También puedes deslizar un dedo, convenientemente lubricado, en su vagina. La zona de la entrada es especialmente sensible.Alterna la lengua dura, puntiaguda y vibrante con caricias con la lengua blanda. No olvides observar sus reacciones. Si tenéis confianza, podéis jugar con la lengua. Por ejemplo, puedes trazar con ella todas las letras del abecedario en sus zonas sensibles o contar hasta 100. O mueve los labios de forma que zumben para obtener un efecto vibratorio.

También puedes usar un vibrador de lengua como Tongue Joy. Si ella lo admite bien (hay mujeres para las que esta caricia es demasiado) succiona el clítoris directamente cuando esté muy excitada.

Lo que puede hacer ella: Puedes guiarle con palabras. También puedes moverle suavemente la cabeza con tus manos y coger su mano con la tuya y guiarla hacia dónde quieres que te acaricie. Cuando lo haga, gime.

Agradecerá que le des indicaciones, sobre todo si recibe después su recompensa en forma del placer que te desborda.Es importante hacerles saber qué lo hacen bien y que te gusta.

El gemido, el suspiro, el gruñidito de placer, la exclamación y el grito, entre otros, son la forma más directa de comunicar. Son fáciles para ti aunque seas tímida y a él le dan todas las pistas sobre cómo actuar. Aliéntale y alábale: si es un Dios del Sexo Oral, ¡Díselo! Y no pienses que basta con decírselo una vez, insiste en el tema y él te dará (casi) interminables sesiones de placer.

Puedes poner una almohada bajo tus caderas para que tu sexo quede más elevado y le sea más cómodo. También puedes ponerte a horcajadas sobre él para brindarle una buena perspectiva de tu cuerpo (ellos son muy voyeurs).
Cómo reconocer a los buenos degustadores:
*Por su forma de besar. Los buenos cunnilinguístas besan con besos largos y profundos. Empiezan poco a poco y después se vuelven más intensos. Si el chico sólo besa con pequeños piquitos y no le gustan los besos profundos, ¡mal asunto!
*Comen de todo. Un chico (a) que tenga mucha manías alimentarias, difícilmente será bueno en el sexo en general y en el oral en particular. Seguramente tendrá también muchas limitaciones.
Un inapetente o alguien a quien no le guste la comida y que coma por obligación, tampoco será un buen amante.
*Son atentos. Observa cómo se comporta mientas estéis juntos. Si tiene atenciones contigo fuera de la cama y es detallista, también lo será entre sábanas.




¡Hala! A haced los deberes y a prácticar!! No os olvidéis de comentar ;)

2 comentarios:

  1. Muy bueno. me ha gustado eso de como reconocer a los buenos degustadores. y las buenas desgustadoras? mira que yo no tengo ninguna manía alimentaria. significará algo? ...

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  2. Peazo post has escrito, me encanta.
    Me has puesto a mil solo leyendo.
    Se lo voy a pasar a mi buen degustador.
    Eres una gran profesional, me encanta leerte y aprender cositas.
    Un abrazo.

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